SEAMOS COMO "HADAS MADRINAS"

Es casi asociativo pensar en el título del mensaje, y a su vez pensar en la historia de Cenicienta, o en mi caso lo asocié así jaja. Los cuentos de hadas, al igual que a muchas chicas que conozco me gustan bastante, pero sin intenciones de hablar de príncipes, yo más bien quiero referirme a la gran actuación del hada madrina de esta historia en su intento por sacar a Cenicienta de su penosa situación, así que sin más, vayamos al momento de la historia. Mira esta imagen tan desoladora.

Cenicienta está sola, triste, desilusionada, además su madrastra y hermanos le hacían bullyng (Ahora nos damos cuenta que el hecho de que exista el bullyng no es una revelación, existe desde tiempos épicos)

Ahora bien, el caso del hada madrina me enternece porque cuando Cenicienta se encuentra en un situación difícil, el hada aparece por arte de magia, en el momento indicado, lugar y hora indicada. Y ¡Atención al segundo acto!. Mira esta imagen

La cabeza de Cenicienta aparece, sobre las piernas del hada madrina, quien la consiente, y no solo eso, escucha la CAUSA de su dolor, luego de haber levantado su ánimo, le da una hermosa carrosa, súper brillante, los ratones se vuelven caballos, le da un súper vestido, y ¡ LE DA LOS MÁS LINDOS ZAPATOS!

La cabeza de Cenicienta aparece, sobre las piernas del hada madrina, quien la consiente, y no solo eso, escucha la CAUSA de su dolor, luego de haber levantado su ánimo, le da una hermosa carrosa, súper brillante, los ratones se vuelven caballos, le da un súper vestido, y ¡ LE DA LOS MÁS LINDOS ZAPATOS!

Ahora es cuando entro a mover tu corazón, y lo voy a hacer por medio de esta pregunta… ¿Alguna vez te has puesto a pensar cuantas Cenicientas se encuentran sentadas/os a tu lado? ¿Quizás en tu trabajo?, ¿Colegio?, ¿Universidad?, ¿Iglesia? Bien responde esa pregunta para ti mismo y si recuerdas el rostro de alguien, anota ese nombre en un papel. Sabes… Una de mis preguntas más profundas es ¿Por qué los jóvenes somos tan poco sensibles, a la voz de ¡Auxilio! de los demás? En un estudio, que Daniel Goleman cita dentro de su libro “Inteligencia emocional”, dice que los bebés son los seres más empáticos, pues cuando un bebé ve a otro llorar, su reacción va a ser llorar también, la de otros va a ser pasarle un peluche para que se calme. A eso se le llama mimetización motriz. Hasta un bebé muestra compasión.¿Porque nosotros no?

En la vida real la gente busca más hadas madrinas, esas que te escuchan cuando tienes problemas, te consienten, te dan la mano para que sigas adelante, son como un bastón que te sostiene, cambian tu perspectiva de ver la vida, se preocupan por ti, hacen tu problema como suyo, aconsejan, y tratan de buscar soluciones para aliviar tu dolor, son del tipo de personas que sin importar el prototipo social te aceptan, sin juzgar por tu apariencia, a pesar de la cultura a la que pertenezcas o el pasado que hayas tenido. Esto no es otra cosa más que empatía, para el que es psicólogo. La sociedad lo define como compasión. Y los creyentes lo definimos como AMOR.

Jesús dijo lo siguiente: Juan 13:35 “Por esto conocerán que son mis discípulos, si tienen amor los unos por los otros”

Sin amor Oseas nunca hubiera amado a Gomer. Creo que ni siquiera hubiera tolerado el tenerla cerca y hasta hubiera rechazado la petición que Dios le hizo de hacerla su esposa. Gomer vendía su cuerpo por dinero, y quiso volver a su pasado varias veces. Pero Dios mostró su amor a su pueblo por medio de la historia de Gomer. Dios la redimió, y nosotros como IGLESIA tenemos una labor importante, ofrecerles una familia, ayudarles en Jesús a sanar heridas y hacer descansar sus pies en un lugar en donde se pueda sentir acogida/o, así como el hada madrina acogió a Cenicienta devolviéndole la esperanza de poder ir al baile. Debemos darles la esperanza

Escrito por: Carolina Barreto