LEA Y RAQUEL EN EL SIGLO XXI
- Roca site
- 26 ene 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 25 feb 2020
Hoy quiero presentarte a Leah, un personaje del cual se habla en los grupos de damas, en las prédicas de los domingos, un personaje que nos refleja el grito del corazón de la mujer.
… Mateo 5:3- “Cuando el Señor vió que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos, pero Raquel no podía concebir”

El dicho de que A se enamora de B y B de C, le aplica, esta es una encrucijada, porque se encuentra entre el amor de su hermana, y el amor de su vida el cual está enamorado de su hermana Raquel.
Quizás Jacob no es un hombre maltrante, o agresivo, pero cuando la mira, sus ojos no le muestran cariño alguno, está casada con él, pero brilla la luz de su ausencia cuando ella más lo necesita. Ella vive entre la realidad y sus sueños, enamorada del amor, sueña con que le lleven serenata, y le dediquen canciones, aquellas que parece que nunca van a sonar, o por lo menos no en su puerta; cartas, que llegan a las manos de Raquel, pero ella no ha visto una sola que lleve su nombre; invitaciones en las cuales ella nunca estuvo, y besos que nunca fueron sinceros, destinada a estar en un hogar, que ella no abandona pero que nunca existió...

La historia se encuentra en el Génesis, pero pareciese que fuera la historia de una mujer del siglo XXI, dicen por ahí: “Si no conoces la historia, estás destinado a repetirla”.
Esto me llevó a preguntarme: ¿Cuántas Leah conozco?, son mujeres de la vida real, madres cabezas de hogar, jovencitas dispuestas a hacer lo que sea por conquistar a alguien que no les da ni la hora, dispuestas aún a dañar su dignidad, permitiendo que les griten, que les peguen, que las lastimen, que las hagan infelices….
Pues bien, no necesitamos que nos hagan felices, lo que en realidad necesitamos se llama JESÚS, porque mi función en la tierra es presentar y servir a aquel que conquisto mi corazón con sus palabras, y me cambió con su amor, el salvador, el redentor, el Yo Soy, quien habla verdad y de quien fluye poder, aquel que vino a buscar lo perdido y no solo lo perdido, sino a quien perdió el camino y no sabe cómo volver al hogar, quien tiene poder para perdonar y sanar a quien enfermó, vino a poner su mano sobre la tuya y abrigar el frío de tu alma, el mayor amor, no es el de los hombres terrenales, el mayor amor, nació en el corazón de quien te creó abandonándolo todo por amor a ti, tu dolor, tus dichas y desdichas, las conoce; ese grito interno de soledad, el anhelo interno de sentirte un ser especial a los ojos de alguien, Él lo conoce, y resulta que solo El, puede calmarlo.

Por : Carolina Barreto
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